Un canto cae sobre el prado
y su presencia se eterniza
al confluir sonido, gorriones y brisa.
El arrullo del viento los hace girar
y la vegetación
se enardece en la danza
y palpita y desea
ser águila, ser león, ser poeta
para acompañar.
Gabriela Álvarez
No hay comentarios:
Publicar un comentario