A favor de los talleres literarios...

A la larga, los talleres van dando un nuevo tipo de lector que pide más del escritor, pero al mismo tiempo colabora con él, pues sabe decir por qué le gusta o por qué no le gusta determinada obra.
Al taller le cuesta insertarse institucionalmente en una sociedad donde todo está orientado hacia lo utilitario y donde todos estos conceptos: imaginación, creatividad, reflexión, construcción grupal, placer, no encuentran rentabilidad inmediata y parecen ociosos.
Habría que preguntar a la sociedad si el dominio del lenguaje es útil o si la imaginación y la creatividad no tienen utilidad en la vida del adulto. La respuesta la tendremos que encontrar entre todos.
Por ahora la rigidez escolar nos muestra que muchos años de autoritarismo y dictaduras hicieron desaparecer no sólo personas, sino también utopías, deseos y posibilidades.
Participamos de la idea de que un individuo que imagina es alguien que puede pensar un porvenir distinto de aquel para el que fuera destinado. Consecuentemente, insistimos en crear talleres protagónicos donde quiera que sea; no para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo.
Silvia Motta y Sara Kuschnir. Este texto fue leído por sus autoras en el Primer Seminario Interacional de Talleres Literarios, celebrado en Matanzas, Cuba, en diciembre de 1988.

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